El Arcángel Rafael
& Oración
El Arcángel Rafael, cuyo
nombre significa "Dios ha
sanado", es una figura celestial venerada en la tradición
judeocristiana como el arcángel de la salud, la sanación y la protección en los
viajes. Se le considera un guía y protector, especialmente de Tobías,
según el Libro de Tobías. También se le invoca para pedir sanación,
aliviar el dolor, y proteger en viajes.
Sanación
y Salud:
El
Arcángel Rafael es conocido por su poder de curación, tanto física como
espiritual. Se le invoca para sanar enfermedades y aliviar el sufrimiento.
Guía
en los Viajes:
Es el
protector de los viajeros y se le invoca para asegurar un viaje seguro y sin peligros.
Patrón
de la Familia y el Amor:
También
se le considera el patrono de los jóvenes y del amor, según Clarin.com.
El
Libro de Tobías:
La
historia de Tobías, guiado por el Arcángel Rafael, es fundamental en la
tradición religiosa, destacando su papel como guía y protector.
Festividad:
Su
festividad se celebra el 29 de septiembre, junto con otros Arcángeles como San
Miguel y San Gabriel.
Oración de sanación a
San Rafael
“Oh
bondadoso y guía espiritual San Rafael arcángel, yo te invoco como el patrón de
aquellos que están afligidos por la enfermedad o dolencia corporal. Tú hiciste
preparar el remedio que sanó la ceguera del anciano Tobías, y tu nombre
significa "El Señor sana".
Me
dirijo a ti, misericordioso San Rafael Arcángel, implorando tu auxilio divino
en mi necesidad actual - mencionar aquí la petición - Si es la
voluntad de Dios, dígnate a sanar mi enfermedad, o al menos, concédeme la
gracia y la fuerza que necesito para poder soportarla con paciencia,
ofreciéndola por el perdón de mis pecados y por la salvación de mi alma.
San
Rafael, amigo de los caminos, enséñame a conservar la fe en los sufrimientos y
unir mis dolores con los de Jesús y de María, y buscar la gracia de Dios en la
oración y la comunión. Deseo imitarte en tu afán de hacer la voluntad de Dios
en todas las cosas. Como el joven Tobías, yo te elijo como mi compañero en mi
viaje, a través de este valle de lágrimas. Deseo seguir tus inspiraciones cada
paso del camino, para que pueda llegar al final de mi viaje bajo tu protección
constante y en la gracia de Dios.
Oh
Arcángel San Rafael Bendito, tú te revelaste a ti mismo como el asistente
divino del Trono Dios, ven a mi vida y asísteme en este momento de prueba. Dame
la sanación de esta enfermedad que ha traído dolores y desgracias a mi vida.
Concédeme la gracia y la bendición de Dios y el favor que te pido por tu
poderosa intercesión. Oh gran Médico de Dios, dígnate a curarme, como lo
hiciste con Tobías si es la voluntad del Creador. San Rafael, Recurso de Dios,
Ángel de la Salud, Medicina de Dios, ruega por mí.
Amén.”
Oración de protección a
San Rafael
“Gloriosísimo
príncipe celeste San Rafael, auxiliador eterno de los hombres, envía tus
poderosos rayos tutelares sobre nosotros, indefensos humanos, envuélvenos en
tus alas, y refúgianos con tu amorosa y enérgica luz.
Arcángel
del Señor, prodigioso San Rafael, caudillo de los ejércitos del Todopoderoso,
emisario de la Divinidad, amigo de tus devotos, compañero de los caminantes,
socorro de los afligidos, médico de los enfermos, refugio de los perseguidos,
azote de los demonios, tesoro riquísimo de los caudales de Dios, con tu
sabiduría y poder libéranos de todo mal.
Tú
eres arcángel santo, bondadoso cuidador nuestro, y uno de aquellos siete
nobilísimos espíritus que rodean al trono del Altísimo. Por ello, y confiados
en el grande amor que has manifestado a los hombres, te suplicamos humildes nos
cuides y protejas, aléjanos de los peligros del alma y del cuerpo, de los
enemigos que nos acosan, de los difamadores, de los traidores, ruines y
envidiosos.
Aleja
toda persona que nos lastime, que nos dañe con sus malas palabras, con sus
malas acciones, con sus malos ojos, aleja todo mal deseo, todo lo que pueda
romper nuestra paz.
Arcángel
San Rafael, te pedimos con todo el fervor de nuestro espíritu, nos concedas
salud ante la enfermedad, y nos des ayuda para salir victoriosos ante los
dolores y padecimientos corporales.
Danos
protección en nuestros caminos y defensa ante todo aquello que nos cause daño y
desgracia, en especial tiéndenos tus celestiales manos para solucionar lo que
tanto nos aflige y preocupa:
(Pide
con fe por todo aquello que te preocupa)
No
dejes de escudarnos y preservarnos en todos los malos momentos, en todas las
adversidades de la vida, y en todas las situaciones de peligro para nuestros
corazones y vidas.
Por
último, te suplicamos nos acerques al trono y a la gloria de Dios nuestro
Señor, pues sabemos que por medio de la gracia tú nos asistes y nos ayudas, y
también por medio de ella, un día seremos tus eternos compañeros en la gloria
celestial.
Amén”.
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