San Ignacio de Loyola patrono de los ejercicios espirituales, los retiros, los soldados y la Compañía de Jesús
Nacimiento: 23
de octubre de 1491
Localización: España
Fallecimiento: 31
de julio de 1556
Beatificación: 27
de julio de 1609
Canonizado: 12
de marzo de 1622
Día de la
fiesta: 31 de julio
Patrona de: Compañía
de Jesús (los Jesuitas), Soldados, retiros espirituales
Ignacio de
Loyola (Loyola,
1491-Roma, 31 de julio de 1556) fue un soldado y sacerdote español fundador de la Compañía de
Jesús, de la que fue el primer general. En esta orden se profesan los votos
habituales de pobreza, castidad y obediencia además de otro especial de
obediencia al papa. La Compañía de Jesús tuvo un importante papel durante la Contrarreforma.
El papa Gregorio XV lo canonizó
el 12 de marzo de 1622 junto con Francisco Javier, Felipe Neri, Teresa de
Jesús e Isidro Labrador Pío XI lo declaró
patrono de los ejercicios espirituales en 1922. El metodista Jesse Lyman
Hurlbut consideró a Ignacio de Loyola como una de las personalidades más
notables e influyentes del siglo XVI.
San Ignacio de Loyola es el santo patrono de los ejercicios espirituales, los retiros, los soldados y la Compañía de Jesús (los jesuitas).
Ejercicios espirituales y retiros:
San Ignacio es reconocido por su libro "Ejercicios Espirituales", que es una guía para la oración y la reflexión espiritual. Por lo tanto, es patrono de estas prácticas.
Soldados:
Aunque su vida cambió y se dedicó a la fe, San Ignacio fue un soldado en su juventud y es considerado un "soldado de Cristo".
Compañía de Jesús (Jesuitas):
San Ignacio fundó la Compañía de Jesús, una orden religiosa que ha tenido un papel importante en la Iglesia Católica.
Oración de San Ignacio
A San Ignacio se le atribuyen varias oraciones populares, entre ellas la oración por la generosidad:
«Señor, enséñame a ser generoso. Enséñame a servirte como te mereces; a dar, y no contar el costo, a luchar, y no prestar atención a las heridas, a esforzarme, y no buscar descanso, a trabajar, y no pedir recompensa, excepto la de saber que estamos haciendo tu voluntad.»
Así como la oración «Suscipe» (que en latín significa «Recibe»):
«Toma, Señor, recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, toda mi voluntad, todo lo que tengo y todo lo que poseo. Tú me lo diste todo, Señor; yo te lo devuelvo todo. Haz con él lo que quieras, según te plazca. Dame tu amor y tu gracia; porque con esto tengo todo lo que necesito».
San Ignacio y el Anima Christi
Una de las oraciones favoritas de Ignacio era el Anima Christi:
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, fortaléceme.
Oh buen Jesús, escúchame.
Dentro de Tus heridas escóndeme.
Separado de Ti que nunca esté.
Del enemigo maligno, defiéndeme.
A la hora de la muerte, llámame.
Y cerca de Ti me pido.
Para que, con tus santos, te alabe por los siglos de los siglos.
Amén.
San Ignacio y su vida de oración
Pide la intercesión de San Ignacio cuando necesites ayuda para discernir una decisión importante. Pídele que rece por ti cuando te estés recuperando de una operación, o cuando te enfrentes a un reto importante.
San Ignacio de Loyola, ¡ruega por nosotros!
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